miércoles, 13 de diciembre de 2017

ENCANTO DE COE

Me encanta este tío. Cuando termino una de sus novelas me propongo dedicarle una lectura obligada al año a Jonathan Coe, un viaje de lo más entretenido a sus historias de vías cruzadas, personajes que se columpian entre la ternura y el cinismo, la bondad y la arrogancia, y desenlaces conmovedores. De momento pospongo el ritual y lo voy haciendo cada dos años. Acabo de terminar El número 11, su undécima novela y la cuarta que leo tras las deliciosas The accidental woman, La lluvia antes de caer y La espantosa intimidad de Maxwell Sim. Cinco historias con vínculos sutiles confluyen de forma magistral en El número 11, subtitulada acertadamente Fábulas que ilustran la locura, donde caben los reencuentros de la amistad, las obsesiones enfermizas, la maldad humana, la crítica al sistema financiero, a la televisión y las redes sociales, la brecha entre clases, la añoranza y el terror.

Coe se desmarca de sus elogiados compatriotas británicos, no encaja en el aura de respetabilidad que desprenden las obras y las personalidades de Ian McEwan, Julian Barnes, Salman Rushdie, Kazuo Ishiguro, Graham Swift o Martin Amis entre otros, novelistas de generación que nada más tienen en común con el autor de Birmingham, al que siento más cercano al lector, como un afilado observador que saca punta a las debilidades del hombre sin renunciar a cubrirlos de caricias, y al que le salen obras entrañablemente divertidas. Me vuelvo a proponer otra lectura de Jonathan Coe en 2018. A ver.

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