lunes, 30 de octubre de 2017

UNA PEQUEÑA GRAN OBRA MAESTRA DE GRAHAM SWIFT


Swift me aturde, también me deleita. Cuando cambia el ritmo de su narración e interrumpe las frases para cambiar la corriente o sugerir desenlaces, por ejemplo, me desconcentra; o cuando hace gala de su prestidigitadora capacidad para rizar el relato. Pero cuando penetra en el alma frágil o anhelante de sus personajes marcados por traumáticos acontecimientos, consigue estremecerme. Recurre a unas y a otras marcas de identidad en las cuatro novelas que he leído. El Domingo de las Madres, la más reciente, la más corta, es mi preferida, una pequeña maravilla del autor británico que, con idas y venidas en el tiempo, reiteraciones e inesperados lances y trances, (como en Graham Swift es costumbre) fluye sinuosa para dejar huella.

El Domingo de las Madres en que las criadas tienen unas horas libres para reencontrarse con quienes las trajeron al mundo deja a la joven Jane, huérfana, en una habitación con su amante, el hombre que pronto contraerá matrimonio con la hija de una de esas familias como a las que Jane sirve. Cuando él se marche y la deje sola, paseando desnuda por la casa y abrazando libros viejos contra su pecho, su vida, atraída por la fuerza de la lectura y la literatura, cambiará para siempre. Hermoso libro.

viernes, 20 de octubre de 2017

LOS RELATOS INVISIBLES DE ALICE MUNRO



Leer a Alice Munro me deja como suspendido en el tiempo, sobre una nube que no sé muy bien si es el lecho de una imaginación o de un sueño. Sus relatos (casi la totalidad de los libros de Munro se componen de relatos) son piezas brillantes que captan estados de ánimo, inquietudes o nostalgias sostenidas en detalles y silencios, narraciones que saltan entre momentos sobre aspectos o relaciones en apariencia cotidianos y menores pero de gran significancia, retratos sobre gente común y anónima dignificadas por esfuerzos y sacrificios. Da la sensación a veces de que de la nada la premio Nobel crea una bella historia. Pero al poco de terminar de leer sus cuentos ya no recuerdo casi ningún aspecto de ellos, o ninguno, que esas historias se diluyen y se escapan hacia otra nube imaginaria. No dejo de preguntarme si esto es positivo o negativo. Pero sigo leyendo a Alice Munro, al menos una vez al años: Mi vida querida, La vista desde Castle Rock, Secretos a voces

jueves, 5 de octubre de 2017

UN BUEN ESCRITOR. ISHIGURO

A estas alturas de la historia me contento con permanecer colgado del libro sin ganas de bajarme. Quiero seguir dentro de los hechos que van más allá del punto final y convivir más horas con los hombres y mujeres que he conocido desde la primera línea. Cuando acabe todo los llevaré aún dentro como elementos de comparación, razón de preguntas y espejo de respuestas.

Me basta con quedarme con estas atracciones y expandir mi imaginación y guardar un tiempo mis reflexiones en la intimidad de mi silencio para darle a un libro el juicio que para mí es más válido. Si alguien transmite ese poder y hasta mí llega, eso es obra de un buen escritor. En mi opinión, un buen escritor. Es para mí la equivalencia a las justificaciones profundas y alcances trascendentes que explican la concesión de premios supremos o grandes distinciones.
Me gustan los libros que he leído de Kazuo Ishiguro: Los restos del día, Nunca me abandones y Nocturnos. Me alegro por que se le otorgue el Nobel de Literatura a un autor cuya literatura me ha hecho pasar un rato largo de provechosa satisfacción, con esos deseos de mantenerme al lado de sus personajes haciéndome preguntas y buscando sus respuestas.